Basado en la Resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
PREAMBULO
1 – La Asamblea Parlamentaria* del Consejo de Europa, ha subrayado repetidamente la importancia del compromiso de los Estados para preservar el medio ambiente y la salud del medio ambiente, tal como se establece en convenciones, declaraciones y protocolos desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y la Declaración de Estocolmo (Estocolmo 1972).
La Asamblea se refiere a su trabajo anterior en este campo, a saber;
la Recomendación 1863 (2009) sobre el medio ambiente y la salud: una mejor prevención de los riesgos para la salud relacionados con el medio ambiente.
La Recomendación 1947 (2010) sobre el ruido y la contaminación lumínica y más en general, la Recomendación 1885 (2009) en la redacción de un protocolo adicional a la Convención Europea de Derechos Humanos en relación con el derecho a un medio ambiente sano y la recomendación 1430 (1999) sobre el acceso a la información, la participación pública en la toma de decisiones ambientales y el acceso a la justicia- aplicación de la Convención Arhus.
2- Los efectos potenciales para la salud de la muy baja frecuencia de los campos electromagnéticos que rodean las líneas eléctricas y aparatos eléctricos, son objeto de una investigación en curso y una cantidad significativa de debate público.
Según la Organización Mundial de la Salud, los campos electromagnéticos de todas las frecuencias representan una de las influencias ambientales más comunes y de mayor crecimiento, sobre los que la ansiedad y la especulación están difundiendo. Todas las poblaciones están expuestas en diversos grados a los campos electromagnéticos, los niveles de los cuales seguirán aumentando a medida que avanza la tecnología.
3- La telefonía móvil se ha convertido en algo común en todo el mundo. Esta tecnología inalámbrica se basa en una extensa red de antenas fijas o estaciones base e información de retransmisión con señales de radiofrecuencia y microondas. Existen en todo el mundo más de 1,4 millones de estaciones base y el número está aumentando significativamente con la introducción de la tecnología de quinta generación. Otras redes inalámbricas que permiten el acceso y los servicios de Internet de alta velocidad, tales como redes de área local inalámbricas, también son cada vez más comunes en los hogares, oficinas y muchos lugares públicos (aeropuertos, escuelas, zonas residenciales y urbanas). Como el número de estaciones de base y las redes inalámbricas aumentan localmente, también lo hace la exposición de radiofrecuencia de la población.

4- Mientras que los campos eléctricos y electromágneticos en ciertas bandas de frecuencia tienen efectos beneficiosos en su totalidad, que se aplican en la medicina, otras frecuencias no ionizantes, ya sea de frecuencias extremadamente bajas, líneas eléctricas o ciertas ondas de alta frecuencia, utilizadas en los campos de radar, de telecomunicaciones y telefonía móvil, parecen tener más o menos efectos no térmicos, efectos potencialmente nocivos, bilógicos en plantas, insectos y animales, así como en el cuerpo humano, incluso cuando se expone a niveles que están por debajo de los valores oficiales de umbral.
5- En cuanto a estándares o valores de umbral para las emisiones de los campos electromágneticos de todos los tipos y frecuencias, la Asamblea recomienda encarecidamente que se aplique el principio ALARA (tan bajo como sea razonablemente posible), que abarca tantos los llamados efectos térmicos y los atérmicos o efectos biológicos de las emisiones electromagnéticas o radiación. Por otra parte, el principio de precaución debe aplicarse cuando la evaluación científica no permita determinar el riesgo con suficiente certeza. Dado el contexto de la creciente exposición de la población, en particular la de los grupos vulnerables, como los jóvenes y los niños, podría ser extremadamente altos costos humanos y económicos si se descuidan las alertas tempranas.
6- La Asamblea lamenta que, a pesar de la demanda al respeto del principio de precaución, y a pesar de todas las recomendaciones, declaraciones y una serie de avances legales y legislativos, todavía hay una falta de reacción a los riesgos conocidos o emergentes ambientales y de salud y casi sistemáticos retrasos en la adopción y aplicación de medidas preventivas eficaces. Esperar a los altos niveles de evidencia científica y clínica antes de tomar medidas para prevenir los riesgos conocidos, puede conducir a un muy alto coste económico y de salud, como fue el caso con el amianto, la gasolina con plomo y el tabaco.
7- Por otra parte, la Asamblea señala que el problema de los campos electromagnéticos u ondas y sus posibles consecuencias para el medio ambiente y la salud, tiene un claro paralelismo con otros temas de actualidad, como la concesión de licencias de medicamentos, productos químicos, pesticidas, metales pesados u organismos modificados genéticamente.
Por lo tanto, pone de relieve que la cuestión de la independencia y la credibilidad de la experiencia científica, es crucial para llevar a cabo, una evaluación transparente y equilibrada de los potenciales impactos negativos sobre el medio ambiente y la salud humana.

8- A la luz de las consideraciones anteriores, la Asamblea recomienda a los Estados miembros del consejo de Europa:
8.1 – en términos generales:
8.1.1 Tomar todas las medidas razonables para reducir la exposición a los campos electromagnéticos especialmente a las radiofrecuencias de los teléfonos móviles, y en particular la exposición a los niños y jóvenes que parecen estar en mayor riesgo de tumores de cabeza.
8.1.2 Reconsiderar la base científica para las actuales normas sobre la exposición a los campos electromagnéticos creados por la Comisión Internacional sobre Protección Radiológica no Ionizante, que tienen serias limitaciones y aplicar el principio ALARA, que abarca tanto los efectos térmicos y los efectos atérmicos o biológicos de las emisiones electromagnéticas o radiación:
8.1.3. Poner en su lugar la información y campañas de concienciación sobre los riesgos de efectos biológicos potencialmente nocivos a largo plazo sobre el medio ambiente y en la salud humana, especialmente dirigida a los niños, adolescentes y jóvenes en edad productiva.
8.1.4 Prestar especial atención a las personas “electrosensibles” que sufren de un síndrome de intolerancia a los campos electromagnéticos e introducir medidas especiales para protegerlos, incluida la creación de zonas libres de onda no cubiertas por la red inalámbrica.
8.1.5 Con el fin de reducir costos, ahorrar energía y proteger el medio ambiente y la salud humana, intensificar la investigación sobre nuevos tipos de antena, teléfono móvil y dispositivo de tipo DECT, y fomentar la investigación pa